Es el mayor de los carriceros ibéricos, de tamaño superior a un gorrión. Su dorso es marrón grisáceo o verdoso con el vientre más claro. Como el carricero común lo encontramos junto a arroyos, lagunas y ríos con orillas cubiertas de abundante vegetación. Su canto potente y algo estrambótico audible a gran distancia, lo hace detectable en la espesura. En Extremadura sólo aparece durante el periodo reproductor y el verano.