Es el menor de los búhos ibéricos, más pequeño que una tórtola. Su plumaje pardo grisáceo con moteado negro, lo hacen casi indetectable en los troncos de los bosques donde habita. Es muy forestal, aunque puede observarse en parque urbanos de buenas dimensiones. Se alimenta casi exclusivamente de insectos como saltamontes y grillotopos, polillas y libélulas. Aparece en primavera para reproducirse, abandonando Extremadura hacia mediados de septiembre.