La mayor de las currucas extremeñas, su plumaje es gris con antifaz negro, capirote gris oscuro y destacado ojo pálido. Prefiere las dehesas de encinas y bosques abiertos cálidos, donde es difícil de ver pero fácil de detectar por su canto. Se alimenta de insectos en primavera y pequeños frutos silvestres durante el otoño. Se reproduce en Extremadura, pero se marcha a mediados de septiembre a África para pasar los meses más fríos.