Más pequeño que el carbonero, de alas, cola y cabeza azul, con frente y carrillos blancos. Su pecho y vientre son amarillos. Frecuenta dehesas, pinares, bosques de ribera o jardines. Con su pequeño pico captura insectos bajo la corteza, las yemas o las hojas, pudiendo colgarse boca abajo para descubrirlos. Es un gran aliado en la agricultura ecológica por la cantidad de plagas que controla. Está presente todo el año en las masas arboladas extremeñas.